sábado, 9 de febrero de 2013



Cerca de Lyon, en Francia, se encuentra uno de los proyectos arquitectónicos más originales de la historia, ideado por una de las mentes más prodigiosas del siglo XX.

El arquitecto suizo imaginó la ciudad perfecta y la hizo realidad en Firminy, una decadente ciudad industrial del oeste de Francia a la que transformó en un espacio donde las personas tuvieran satisfechas todas sus necesidades como seres humanos. El fascinante lugar forma parte del patrimonio francés y está abierto a los visitantes.  A solo 74 km del centro de Lyon, en la ciudad industrial de Firminy, hemos redescubierto uno de los complejos de arquitectura experimental más interesantes llevados a cabo en el siglo XX. En Firminy-Vert, como se llama esta miniciudad, Le Corbusier aunó todas sus ideas sobre el urbanismo ideal, creando una ciudad organizada y pensada para dar servicio a personas que necesitan un lugar donde vivir, pero también servicios educativos, infraestructuras para disfrutar de su tiempo libre a través de la cultura y el deporte, y cubrir sus necesidades espirituales.  Le Corbusier falleció en 1965, justo a tiempo de ver inaugurada la Casa de la Cultura y de poner la primera piedra al bloque de viviendas conocido como Unidad Habitacional. Ahora, casi medio siglo después de la muerte de su artífice y tras múltiples interrupciones y problemas, el complejo se puede dar por finalizado, tal y como él lo soñó, restaurado y con todas las funciones para las que fue proyectado.

Unidad Habitacional. Similar a las Unidades de Marsella y Nantes, este bloque de viviendas sociales cuenta con 414 espaciosos apartamentos, la mayoría de ellos dúplex. El que fue piso piloto se conserva tal y como estaba entonces y su visita está incluida en los tours privados. 

El Estadio. Fue estrenado en 1968 y declarado Monumento Histórico en 1988. Tiene capacidad para 4.180 personas. Junto a él se encuentra la piscina, inaugurada en 1971, y que en 2006 se reabrió adaptada a las exigencias de los nadadores contemporáneos. 



La Iglesia de Saint-Pierre. Es la parte del proyecto más conocida, pero también la última en realizarse. Se inauguró en 2006 y se usa como centro de interpretación del complejo y del legado del célebre arquitecto.